Estas opciones de pizza son todas súper fáciles y rápidas, y mucho más nutritivas que la clásica de harina de trigo blanca. Podés incorporarlas a tu menú diario, porque son a prueba de fallas y permiten mil opciones.

la base:

Esparcimos por una fuente apenas aceitada alguna de estas opciones y las cocinamos a horno medio:

  • 1 taza de harina de garbanzo + 2 cdas de semillas de chía remojadas 15 minutos y mixeadas + agua necesaria para ligar + pizca sal marina.
  • 1 taza de polenta cruda + pizca de sal + agua hirviendo y revolvemos hasta que se humedezca la polenta.
  • ¡Cualquiera de las recetas de panqueques va perfecto para base de pizza!
  • Si cocinaste cereales y te sobraron, mezclalos con harina de chía, o semillas de chía remojadas y mixeadas, o con fécula de mandioca o maicena (misma proporción que para croquetas) y tenés alta base de pizza.

Alto tip

Si te gusta, agregale semillas a la mezcla de cualquiera de estas bases. Tené en cuenta que las semillas al horno pierden casi todo su valor nutricional: usalas sólo si te copa como queda la textura.

salsa:

Podés usar la clásica salsa de tomate, o podés hacer una salsa mixeando la verdura cruda que más te guste con un chorrito de agua, un chorrito de aceite, orégano, ajo y sal marina (por ejemplo, espinaca, albahaca, zanahoria rallada, tomates frescos o tomates secos remojados). 

como reemplazo del queso:

Queso de avena.

Hummus de cualquier legumbre.

-Tofu mixeado con un poquito de agua y condimentos.

-Mayonesa de zanahoria.

Queso crema de nuez, almendras o semillas de girasol.

-Si querés, salteá las verduras que te gusten con un chorrito de aceite y algún condimento y lo agregás por encima de cualquiera de las opciones anteriores.