LISTO. No busques más. Si sos de los que dicen “no puedo dejar el queso”, lo tenés que probar porque VA A DERRIBAR TUS PARADIGMAS. Lo podés usar derretido o en rodajas/cubitos. Encima es muy barato y facilísimo de hacer. Preparate: lo vas a amar.

ingredientes:

  •  Para la leche de avena: 1 taza de avena (puede ser fina o gruesa, tradicional o instantánea) y 2 tazas de agua.
  • 1y 1/4 taza de fécula de mandioca (la comprás en dietéticas, no es cara). Si no conseguís, también sale con maicena.
  • 1 taza de aceite (yo uso de girasol y queda genial, con oliva seguro también queda bien aunque #dolorbolsillo)
  • jugo de 1/2 limón
  • 3 cdas de levadura nutricional
  • 1/2 cdita de cúrcuma
  • 1 cda al ras de orégano
  • Sal marina
  • Pimienta

paso a paso:

  1. Primero hacemos leche de avena, con la avena y el agua. Remojamos la avena toda la noche, a la mañana enjuagamos, agregamos las dos tazas de agua, licuamos y colamos con la bolsita. Si tenés dudas sobre este punto, acá te explico todo.
  2. Mezclamos la leche con todos los ingredientes excepto la fécula y procesamos, batimos o revolvemos con un tenedor para que se integren bien.
  3. Agregamos la fécula tamizada, mientras revolvemos, porque si no se forma una pelota dura ya que es un espesante.
  4. Ponemos la mezcla en una cacerolita y llevamos a fuego medio bajo. Revolvemos permanentemente con cuchara de madera para que no se hagan grumos. Cuando se empieza a endurecer, seguimos revolviendo para que se integre todo y cuando cambia la textura de toda la mezcla, apagamos el fuego.
  5. Vertemos en un molde, esperamos un rato hasta que se enfríe a temperatura ambiente y mandamos a la heladera. Dura unos 5 días seguro, pero te lo vas a comer antes.

Alto tip

Sí, si lo vas a comer caliente, por ejemplo en pizza o lasagna. Para comerlo frío en picada o sandwich no te lo recomiendo (pero sin congelar podés comerlo en estas preparaciones tranquilamente).