También conocido como “rawmesano”, cumple la función del queso rallado en la comida vegana. Va arriba de unas pastas pero también con ensaladas y salteados, en la mezcla para panqueques, como topping de unos zapallitos rellenos o en lo que se te ocurra. Es súper fácil de hacer, es económico y dura un montón.

PASO 1:

Tenemos dos opciones para elegir la base de nuestro rawmesano.

Opción a: podemos usar el bagazo que queramos. Lo calentamos en sartén o plancha sin aceite ni nada, a fuego medio alto, revolviendo constantemente hasta que se seque. Si no sabés qué es el bagazo, entrá acá que te lo explico.

Opción b: metemos en la procesadora o licuadora maní, girasol, sésamo, nuez, almendras y/o semillas de zapallo hasta que queden hechas pedacitos. Si querés podés activarlas y secarlas antes, aunque para mí es mucho laburo y no vale la pena.

PASO 2:

Agregamos levadura de cerveza, ajo en polvo y sal. Podés flashear con los condimentos como quieras: algunes le ponen hierbas, cúrcuma o pimienta. A mí me encanta usar sal negra en vez de sal común, es una sal 100% natural y vegana que tiene gusto a huevo. La conseguís en dietéticas, no es mega fácil de encontrar pero tampoco imposible. Las cantidades son a gusto, andá probando hasta que te cope.

¡Listo! Lo podemos guardar en un frasco en alacena o en la heladera y dura varios meses.